jueves, 9 de abril de 2009

Techos o azoteas verdes

Para quien no sepa que es el “Techo Verde”, diremos que consiste en sustituir el tejado de un edificio, por una superficie cubierta de tierra donde crecen las plantas. Este tipo de tejado no es novedad, tradicionalmente tanto en países especialmente fríos como Islandia y Escandinavia como en los extremadamente cálidos como Tanzania cubrían de césped el techo de las las cabañas, pues ello ayuda en gran medida para mantener el interior de las casas con una temperatura mas suave que el exterior.
De la bondad del método da fé que existen casas de 300 a 400 años de antigúedad que están cubiertas con césped. Pese a ello, la idea que tenemos actualmente de lo que es el confort, dificulta instalar este techo, pues hoy no toleramos manchas de humedad en nuestro techo, que además pudieran ser agresivas para nuestra salud. Una serie nueva de técnicas han evitado, (y encarecido), que la humedad, imprescindible para mantener el tapíz vegetal, traspase el tejado permitiendo su instalación en cualquier techo sea de vivienda o de un edificio industrial.

Un “Techo Verde” precisa de un forjado algo más resistente que los tejados habituales, puesto que a su peso se añade un peso entre 200 y 500 kg/m2 en funciuón del grosor de la capa de tierra húmeda que situemos en el tejado. Lógicamente, también hay que reforzar ligeramente toda la estructura que lo soporta, desde los pilares a la cimentación.
Sobre este forjado se coloca una capa que impide el paso del agua, normalmente una chapa de aluminio o un plástico de larga duración que además actúan de mini depósito de agua de lluvia a la par que desvían el agua sobrante hacia los canalones de evacuación como una cubierta tradicional. Sobre ella se coloca un producto que actúe como una esponja, repartiendo la humedad cuando se seca el substrato vejetal y reteniéndola en caso de lluvia, hay una variedad de productos porosos de poco peso que retienen mucho agua adecuados para este uso. Encima se coloca la tierra y el humus, a veces mezclada con Arlita u otros productos que permiten aumentar su volumen sin añadir excesivo peso. Sobre esta tierra es donde se procede a plantar los vegetales.
El grosor de la capa de tierra varía en función del uso que se les pretenda dar al “Techo Verde“. El más básico solo pretende devolver a la naturaleza una parte del espacio que le hemos arrebatado para construir el edificio. En este caso la capa de tierra bastará con que tenga 12 cm de espesor, suficiente para permitir susbsistir con solo el agua de lluvia y el rocío mañanero a vejetación y arbustos autóctonos, que a su vez crean el hábitat para que proliferen insectos e invertebrados como mariposas, hormigas y lombrices. Las aves encontrarán aquí alimento y lugares adecuados para anidar. Por otra parte en la parte alta de la casa, la capa humeda suaviza el frío en unvierno y refrigera en verano.
En el otro extremo está el cultivo de huertos o jardines, necesita tener un estrato más profundo de tierra, hasta unos 30 cm, e incluso un sistema de riego complementario a la lluvia, que puede aprovechar las aguas grises del propio edificio. En el conocido libro “El Horticultor Autosuficiente” de John Seymour se afirma que bastan 9 m2 cuidados de forma ecológica, pero intensiva, para producir la verdura que necesita una familia, qué no se podrá cultivar en un huerto de como mínimo de 20 m2, que es lo que quedará en un chalet adosado, cuando descontemos de la planta del edificio el es espacio de las terrazas del último piso. Puesto que el huerto será visitado con frecuencia, hay que añadir el coste del acceso por una escalera y el vallado perimetral, para evitar caídas, gastos que se ahorran en una cubierta vegetal que no se pretenda cultivar. Entre los dos extremos hay una gama intermedia que combina la vegetación más o menos salvaje y la cultivada con riegos, podas, etc.


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Revista Construir Articulo sobre el “techo Verde”

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